Devocional Diario: IDENTIDAD EN EL REINO DE DIOS

ECLESIASTES
10:4 Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas. 
10:5 Hay un mal que he visto debajo del sol, a manera de error emanado del príncipe:
10:6 la necedad está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados en lugar bajo.
10:7 Vi siervos a caballo, y príncipes que andaban como siervos sobre la tierra.
10:8 El que hiciere hoyo caerá en él; y al que aportillare vallado, le morderá la serpiente.
10:9 Quien corta piedras, se hiere con ellas; el que parte leña, en ello peligra.
10:10 Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza; pero la sabiduría es provechosa para dirigir. AMÉN.

LUGAR DE PRIVILEGIO: DIOS ha todos nos dio un lugar de privilegio, el PERMANECER en el lugar de privilegio se logra ACTUANDO en la madurez del carácter, como resultado de la búsqueda personal del crecimiento en EL ESPÍRITU SANTO, lograda por la cercanía a DIOS, por la comunión con nuestro creador y maestro, el cual nos dará el entendimiento de todas las cosas. En éste pasaje de LA SAGRADA BIBLIA, el sabio enseña, que si el espíritu del príncipe, refiriéndose a las influencias del diablo manifiestas en las personas, se exaltare contra ti, no dejes tu lugar, enseñándonos que si no conocemos nuestro lugar de privilegio, estaremos expuestos a estar en diferentes lugares según sean las situaciones que se nos presentan, seremos fluctuantes, por no permanecer firmes en EL SEÑOR, todo viento nos moverá del lugar de privilegio, ocurriendo que si el ambiente es agradable hay alegría, si es triste hay angustia y depresión, si es pesado se manifiesta el miedo, si es de ira hay contiendas, NO DEBEMOS ACTUAR ASÍ, porque al conocer nuestro lugar de privilegio, estamos llamados a capacitarnos para PERMANECER en el, por la manifestación del ESPÍRITU DE MANSEDUMBRE, y así cesará todo ambiente hostil, resistiremos al diablo y huirá de nosotros.  
El ESPÍRITU DE MANSEDUMBRE es UN FRUTO del ESPÍRITU SANTO, y significa tener el poder bajo el absoluto control de la situación, no perdiendo el lugar de privilegio asignado por DIOS, y se manifiesta para provecho de todos, en el momento en que el espíritu del príncipe se levanta en provocación y daño. La persona por la comunión intima con DIOS, el cual es conocedor de la atmósfera  de nuestro entorno, y ÉL en su fidelidad y lealtad comprometido con su diseño, nos dará la salida.

La necedad es un mal que se manifiesta en ésta tierra debajo del sol, es un mal emanado del diablo, que debilita y lleva a muchas equivocaciones, y el que la practica se ve colocado en las grandes alturas y atmósferas humanas porque se llenan de orgullo, soberbia y altivez; bajo el manto de la necedad, en lugar bajo, cavan hoyo para caer ellos mismos en el, corta piedras para herida de ellos mismos, su altivez los hace vulnerables y los expone al quebrantamiento de espíritu. 
Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que añadir entonces más fuerza, es decir, que la sabiduría viene de DIOS por EL ESPÍRITU SANTO, es ese filo del hierro, cuando es amolado y se pierde cuando nos alejamos de la comunión con DIOS, que es la fuente que nos da la sabiduría y nos hace ser justos; es por eso que el alejarse de la comunión con DIOS trae distanciamiento que lleva al continuo razonamiento humano, y hace que la persona se convierta en necio, y se ve obligado a añadir fuerza a lo que dice, porque sus palabras pierden sabiduría Divina, por estar cargadas de la sabiduría terrenal que es animal y diabólica, que para conseguir lo que se quiere, se vale de actitudes de orgulloso y altivez, para oprimir y mantener el poder de gobernar, pero ignorando que tiene que utilizar la manipulación mediante palabras y hechos, para someter la voluntad de los demás, pero la sabiduría del justo siempre es provechosa para dirigir.

LO EXTERNO NO PUEDE LLEVARNOS A REACCIONAR EQUIVOCADAMENTE, 
ES POR EL ESPÍRITU SANTO QUE FLUYE DESDE NUESTRO INTERIOR, 
QUE DECIDIMOS QUE PENSAMOS, QUE HABLAMOS Y COMO ACTUAMOS. 
CADA DÍA TIENE SU PROPIO AFÁN. SHALOM.