TITO
1:4 a Tito, verdadero hijo en la común FE: Gracia, misericordia y paz, de DIOS PADRE y del SEÑOR JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR.1:5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;
1:6 el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.
1:7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de DIOS; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas,
1:8 sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo,
1:9 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. AMÉN.
Al hablar de la disciplina explicamos que son instrucciones con orden, y es en éste pasaje que encontramos una serie de requisitos que dejan en evidencia la disciplina que un siervo de DIOS debe tener, es así como irá corrigiendo en forma continua todo lo deficiente, para que sea una persona dueña de si misma, es decir que al tener la plena confianza en DIOS, será radical en sus pensamientos, palabras y actos, siendo ejemplo al pueblo de DIOS y mostrando la realidad de la vida de la persona que anhela servir a DIOS.
La persona que retiene la palabra fiel, tal como ha sido enseñada, es aquella que además de muchas cosas, también puede exhortar con sana enseñanza y ha adquirido la convicción de lo que es el REINO DE DIOS, en justicia, verdad y amor.
Parte de la sabiduría que DIOS entrega al sacerdote, genera una disciplina, que se manifiesta en su forma de comportarse para con los demás, siendo irreprensible, como administrador de DIOS; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, para así con su modelaje convencer a los que contradicen las SAGRADAS ESCRITURAS.
La palabra de DIOS encontrada en LA SANTA BIBLIA, es inspirada en la verdad del REINO DE DIOS, con la firme intención de disciplinar a todo hombre para el trabajo en la tierra, que no solamente tiene que ver con el sustento natural del cuerpo sino el más importante, el sustento del alma.
Hemos aprendido en otros devocionales que nuestra alma mientras esté en el cuerpo, necesitará una disciplina constante para no llevarnos al error. En la medida que comprendamos que se hace necesaria la disciplina espiritual, mantendremos una firme comunión con nuestro DIOS. El perseverar en la sana palabra demanda a la persona el compromiso de congregarse, porque recordemos que DIOS nos invita a que nos despojemos de la costumbre que muchos tienen de no congregarse, ya que al apartarse del pueblo, se pierde la misión y la visión unida y se concentra en la misión y la visión personal que solamente podrá ser desarrollada con excelencia si se tiene clara la misión y visión del cuerpo de CRISTO.
La persona que retiene la palabra fiel, tal como ha sido enseñada, es aquella que además de muchas cosas, también puede exhortar con sana enseñanza y ha adquirido la convicción de lo que es el REINO DE DIOS, en justicia, verdad y amor.
Parte de la sabiduría que DIOS entrega al sacerdote, genera una disciplina, que se manifiesta en su forma de comportarse para con los demás, siendo irreprensible, como administrador de DIOS; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, para así con su modelaje convencer a los que contradicen las SAGRADAS ESCRITURAS.
La palabra de DIOS encontrada en LA SANTA BIBLIA, es inspirada en la verdad del REINO DE DIOS, con la firme intención de disciplinar a todo hombre para el trabajo en la tierra, que no solamente tiene que ver con el sustento natural del cuerpo sino el más importante, el sustento del alma.
Hemos aprendido en otros devocionales que nuestra alma mientras esté en el cuerpo, necesitará una disciplina constante para no llevarnos al error. En la medida que comprendamos que se hace necesaria la disciplina espiritual, mantendremos una firme comunión con nuestro DIOS. El perseverar en la sana palabra demanda a la persona el compromiso de congregarse, porque recordemos que DIOS nos invita a que nos despojemos de la costumbre que muchos tienen de no congregarse, ya que al apartarse del pueblo, se pierde la misión y la visión unida y se concentra en la misión y la visión personal que solamente podrá ser desarrollada con excelencia si se tiene clara la misión y visión del cuerpo de CRISTO.
LA SANGRE DE JESUCRISTO FUÉ SUFICIENTE SACRIFICIO PARA LIMPIARNOS. PENSAR, HABLAR Y ACTUAR CONFORME A LA VOLUNTAD DE DIOS ES DECISIÓN PERSONAL. |
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