viernes, 30 de noviembre de 2012

Devocional Diario: SUPLIR A OTRO ES BENDECIR

2da. de REYES
Capítulo 04
4:8 Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.
4:9 Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es VARÓN SANTO DE DIOS.
4:10 Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.
4:11 Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió.
4:12 Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él.
4:13 Dijo él entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
4:14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo. AMÉN.


EL TESTIMONIO: Nuestro caminar siempre estará descubierto ante los ojos de los demás, y la gracia que DIOS ha colocado sobre nuestra vida, hará que se perciba, así fué lo que percibió ésta mujer importante de un pueblo, por el siervo y profeta de DIOS, Eliseo, que pasaba por donde ella permanecía y fué su expresión: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es VARÓN SANTO DE DIOS. 
Nuestros pasos son escritos que llegan a la mente y el corazón de los demás, formando un recuerdo nuestro en la persona, que toma lugar de privilegio o no, por la huella al caminar.

LA BENDICIÓN COMPARTIDA: El Profeta Eliseo sintió en su corazón, hacer algo para bendecir a la mujer importante del pueblo, por su hospitalidad con él, y fué entonces cuando indagó que debía darle, "¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo". Revisó el profeta la situación de la mujer y pudo conocer su falencia, y he aquí que la bendición de un hijo fué su anhelo.

SUPLIR LO QUE OTRO NECESITA Y NO PUEDE TENER -ES BENDECIR: Debemos aprender a servir con el conocimiento de lo que los demás anhelan y necesitan, para no ofrecer lo que creemos que puedan necesitar. La bendición hacia los demás es direccionada por DIOS MISMO, esa bendición que no añade tristeza sino un GOZO QUE SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO.  

EL CONOCIMIENTO LO DÁ DIOS Y PONE EL SENTIR DE LA BENDICIÓN MUTUA. SHALOM.

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